Los ladrones del increíble robo al museo del Louvre huyeron en dos maxiscooters

Los ladrones del increíble robo al museo del Louvre huyeron en dos maxiscooters
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Como sucedió a muchos de nosotros, quedé impresionado por el robo, que podríamos catalogar de película, ocurrido en el parisino museo del Louvre el pasado domingo. Toda la planificación (esto llevó semanas, sino meses…) y la perfecta ejecución, con la fuga en moto de los ladrones con las joyas robadas, es digno de una película como las de la saga ‘Ocean’s’ o las del ladrón local Arsène Lupin. Hay que decir que este robo es el más espectacular que ha tenido lugar en el Louvre desde que fue sustraído el cuadro de la Mona Lisa en 1911 por Vincenzo Peruggia, aparentemente por motivos políticos.

Recordemos que este pasado domingo y usando una elevadora, unos ladrones disfrazados de obreros penetraron en el museo usando unas radiales, y en solo siete minutos se hicieron con ocho objetos de altísimo valor, entre ellos diademas, collares, pendientes y broches.

Los ladrones penetraron por el balcón vestidos de obreros y usando una sierra radial.Google

Las joyas habían pertenecido a la emperatriz María Luisa, esposa de Napoleón; a su cuñada, la reina Hortensia de Holanda; a la reina María Amelia, esposa del último rey de Francia, Luis Felipe, y a la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III.

También se llevaron una corona de la propia emperatriz Eugenia, pero los ladrones, aparentemente, la dejaron caer y pudo ser recuperada.

En el Louvre penetraron dos ladrones que luego escaparon junto con otros dos que les esperaban en el exterior sobre sendas motos o, mejor dicho, dos maxiscooter, en concreto dos Yamaha TMax.

Un maxiscooter como el Yamaha TMax es rápido, ágil, tiene un cofre donde albergar un casco (o esconder joyas)… y en ciudad es discreto.YAMAHA

Uno puede pensar a priori que, como en muchas películas que hemos visto, se utilizarían los vehículos más potentes y rápidos posible, y no dos scooters. Pero si lo pensamos atentamente, usar los TMax tiene razón de ser.

En primer lugar, un scooter automático es más ágil en el denso tráfico urbano que una moto deportiva. El TMax tiene una muy buena aceleración, más aún si se modifica el variador, cosa muy habitual (más allá del no menos habitual escape Akrapovic).

Un scooter pasa mucho más desapercibido que una moto deportiva (una Ducati Panigale V4 o una BMW M1000RR harían girar las cabezas de los parisinos). Permite llevar un pasajero con mayor facilidad y comodidad que una hiperdeportiva, que carece de asas de sujeción y tiene un minúsculo asiento para el de atrás.

Un maxiscooter tiene un amplio cofre bajo el asiento: permite albergar un casco (para los ladrones que salieron del Louvre) y también esconder las joyas robadas.

La policía francesa tiene claro que los ladrones del pasado fin de semana llevaban tiempo preparando metódicamente su arriesgado robo. La elección de dos TMax no fue casual. De momento, les ha salido bien.