Si vieras el scooter de la foto aparcado en una calle, probablemente lo confundirías con una Vespa o una Lambretta. Ese es el encanto del JPS 350 de Royal Alloy. Parece antiguo, aunque no lo sea. Y de eso se trata.
Royal Alloy es una marca británica basada en la nostalgia y no oculta su inspiración en la época dorada de los scooters italianos, con paneles curvos, detalles cromados y una forma que parece salida de una cápsula del tiempo. Pero mientras que Vespa y Lambretta suman décadas de historia en las que apoyarse, esta empresa tiene algo más: una obsesión por recrear esa sensación vintage.
A diferencia de la mayoría de las imitaciones, el JPS 350 no es un homenaje barato. La compañía insiste en utilizar una carrocería de acero prensado en lugar de plástico, como las clásicas. Es más pesada por ello (llega a 145 kg), pero eso le da una sensación de autenticidad que no se consigue con los scooters modernos moldeados por inyección de plástico.
Foto: Royal Alloy
Pero por debajo, todo es moderno. El JPS 350 monta un motor de 310 cm3, con refrigeración líquida, cuatro válvulas y doble árbol de levas en cabeza, que rinde aproximadamente 27 CV a 8.000 rpm. También dispone de discos de freno delanteros y traseros, ABS de doble canal, control de tracción y un depósito de 10,5 litros, suficiente para paseos de fin de semana o aventuras urbanas.
Como curiosidad, el nombre ‘JPS’ y la decoración en negro y dorado se han tomado prestados de los legendarios coches de carreras de Fórmula 1 John Player Special.
Royal Alloy también introduce un montón de toques modernos. El scooter cuenta con una pantalla TFT completa con conectividad para smartphone, iluminación LED y un asiento cosido. Es el encanto de la ‘vieja escuela’ con la tecnología actual. No se parece en nada a las imitaciones baratas de scooters chinos. Y esa es la cuestión: los scooters de Royal Alloy no son precisamente baratos. Por ejemplo, el JPS 350 se vende por 5.699 libras, lo que equivale a unos 6.544 euros.
Foto: Royal Alloy
Ahora, vale la pena señalar que mientras Royal Alloy es de identidad británica, sus scooters no se construyen realmente en el Reino Unido. Como muchas marcas hoy en día, la producción y el montaje se llevan a cabo en fábricas de China y Tailandia.
Esto puede sonar decepcionante para los puristas, pero también es lo que hace posible que el JPS 350 tenga un precio bastante competitivo manteniendo una alta calidad de construcción. Así que sí, podrías confundirla con un scooter italiano clásico, pero quizá ese sea el mejor cumplido que Royal Alloy podría recibir.